El uso de inteligencia artificial en la salud, especialmente en análisis radiológicos, ofrece beneficios como mayor precisión y ahorro de tiempo. En caso de que la AI falle en detectar una enfermedad, ¿quién sería responsable? Se plantea la posibilidad de demandar al fabricante del software o al proveedor de radiología bajo la Ley de Protección al Consumidor de 1987. La cuestión de la responsabilidad por defecto del producto plantea desafíos legales y de seguros para los proveedores de atención médica. La complejidad de estos casos radica en la dificultad para investigar las decisiones tomadas por la AI, lo que requiere soluciones técnicas y legales a medida que estos problemas surgen en el ámbito de la salud.